La historia de Carla: ¡un viaje asombroso!

Quiero compartir la historia de una de nuestras exalumnas, Carla, una joven de 18 años que se inscribió en los programas extracurriculares de Cadaniño en Colonia Santa Fe en 2018.

Su historia refleja el profundo impacto que nuestro trabajo está teniendo, no solo en la vida de nuestros estudiantes, sino también en sus familias y comunidades.

Resalta las posibilidades transformadoras que surgen cuando personas que realmente desean algo más en la vida reciben una oportunidad, y la aprovechan.

Aquí está su historia, contada con sus propias palabras:

Mi nombre es Carla, tengo 18 años y soy estudiante de Cadaniño. Bueno, todavía me gusta decir que soy estudiante, aunque ya no estudio allí.

Quiero contarles quién era antes de Cadaniño. Era una persona que no sabía nada de tecnología y no tenía acceso a una computadora, así que aunque quisiera aprender, no podía. Había muchas cosas que intenté hacer en mi vida para ver si era buena en algo, pero todo lo que intentaba, como el arte, me salía mal. Probé muchas cosas y siempre me preguntaba: “¿En qué soy buena?”

Recuerdo que cuando llegué al nivel diversificado, todos sabían usar una computadora. Mi mamá comenzó a buscar dónde podía encontrar un curso de computación, y así fue como me enteré de Cadaniño. Tenía 14 años cuando ingresé y ni siquiera sabía cómo encender una computadora. Allí, por fin descubrí en qué era buena. Aprendí a escribir correctamente, a usar Word, PowerPoint y Excel. Aprendí a desarmar y armar una computadora y pensé: “wow, soy buena con las computadoras.” Me resultó fácil. En un año completé 5 cursos de computación. Fue increíble aprender sobre el mundo de la informática.

Todo lo que he aprendido en Cadaniño lo he puesto en práctica en mi vida. Una vez que me inscribí, mis notas comenzaron a mejorar.

Una de las cosas que enseñan en Cadaniño y que me gusta mucho, algo muy importante que he puesto en práctica, es: “No importa cuán poco tengas, siempre tienes algo para dar.” Me gusta cómo Cadaniño nos ayuda a aplicar esto; nos enseñan que aunque tengamos muy poco, podemos compartir algo con alguien. Puede ser un consejo, algo que aprendimos de la Biblia, y esto es algo que realmente me gusta y que he vivido desde que lo aprendí.

Me gradué del colegio con un título con orientación en computación. Algo que no había mencionado antes es que, antes de llegar a Cadaniño, no tenía una fe muy formada y no sabía mucho acerca de Dios. Cadaniño me ayudó muchísimo, y realmente extraño las clases de Biblia. Me ayudaron a ser una mejor persona, no solo con lo que sé, sino que aprendí a aprender. Antes, mis notas eran siempre muy bajas, pero cuando entré al programa, recuerdo que recibí ayuda de todos los maestros. Me ayudaron muchísimo, y cuando tenía preguntas, nos enseñaban a ser autodidactas. He aplicado esto en mi vida. Es una gran metodología que me ha servido mucho.

Cadaniño me ayudó a conseguir una pasantía con Leo (mi jefe), y he aprendido mucho de él. Aprendí fundamentos de programación que complementan lo que ya había aprendido en Cadaniño. Cuando juntas ambas cosas... ¡wow! Funciona muy bien.

Tengo un hermanito de 8 años. Le enseño lo que puedo. Lo llamo y le digo: “ven, aprende conmigo.” Le explico que Word, PowerPoint y Excel se usan para esto. Estas son cosas que le servirán en el futuro. Solo tiene 8 años, y a veces me pregunto: “¿cómo será cuando sea más grande?” Si yo entré a los 14 años y aprendí estas cosas, y él solo tiene 8, ¿cómo le irá? Él también asiste a Cadaniño; ha sido magnífico para él, y le encanta ir.

Para mi familia, Cadaniño nos ha ayudado mucho espiritualmente, porque los padres también reciben devocionales. Los devocionales que nos envían los leemos juntos en la noche, después de la cena. Eso hace muy feliz a mi abuelita, a mi mamá y a mi hermanito, y es asombroso ver que Dios es fiel. Gracias a Cadaniño, nuestra familia se ha unido.

También participo en el club de misiones. A través de él, he aprendido muchísimo sobre la vida, cosas que no sabía. Me ha ayudado a creer que mucho más es posible. Algo que no me canso de decir es: gracias a Tim, gracias a Sharie, gracias al profesor Eduardo y gracias a todas las personas que me han ayudado. Y sobre todo, quiero darle gracias a Dios por poner a las personas correctas en mi camino.

Tengo planes para el futuro: inscribirme en la universidad. Quiero estudiar una carrera para convertirme en ingeniera en sistemas. Me encantaría lograrlo. Es por esto que les pido que oren por mí. Sé que Dios está ahí y obrando, y solo tenemos que hacer nuestra parte, y Dios hará el resto.

Solo quiero decirte que realmente creas, porque Dios es fiel. Él siempre estará contigo. No importa cuán imposible te parezca. Tal vez pienses: “¿pero en qué soy bueno? Soy joven y no sé en qué soy bueno.” Dios puede mostrártelo, así que búscalo. Y solo quiero agradecerte por esta oportunidad… ¡Gracias!

La historia de Carla es un poderoso ejemplo del impacto duradero del ministerio de Cadaniño. Demuestra que romper ciclos de pobreza espiritual y material es posible si estamos dispuestos a caminar junto a aquellos a quienes somos llamados a servir, cultivando sus talentos y ayudándolos a encontrar su propósito en el evangelio y a vivir lo que significa ser un seguidor de Cristo en todas las áreas de su vida.

Muestra que Cadaniño es mucho más que un programa extracurricular; es un faro de esperanza, un catalizador de cambio y una fuente de inspiración. El recorrido de Carla nos recuerda el increíble potencial que hay en cada persona, solo esperando ser descubierto.

Ahora, multiplica este impacto por los cientos de estudiantes que están en nuestros programas y creo que empezarás a vislumbrar la verdadera magnitud de lo que Dios está haciendo a través de Cadaniño.

Con gratitud,

Timothy Martiny

Presidente, Cadaniño

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